Se trata de una caja de cambios usada que ha sido abierta y todas las piezas de desgaste sustituidas por piezas nuevas y originales. Ya sean rodamientos, piñones, sincros, juntas, etc., cada caja de cambios es literalmente diseccionada por nuestros técnicos y meticulosamente reensamblada para darle una segunda vida.
Por supuesto, una vez terminado el trabajo, cada caja se somete a una batería de pruebas para garantizar su perfecto funcionamiento. Ya se trate de una prueba de presión de aire para evitar fugas o de una prueba en banco en la que se ponen a prueba las cajas de cambios, cuando el producto acabado sale de nuestros talleres tiene una garantía de 12 meses, ¡igual que una caja de cambios nueva!
Cada año son más los automovilistas que optan por vehículos reacondicionados, sobre todo cuando se trata de grandes piezas mecánicas (motor o caja de cambios), porque lo nuevo suele ser inasequible, y la segunda mano para estas piezas clave se parece más a una partida de póquer que a una inversión a largo plazo. El kilometraje de una caja de cambios de segunda mano suele ser incierto, y como le pasó a la tuya cuando la cambiaste, hay una alta probabilidad de que también se estropee, puesto que ya ha estado en uso. Ese sería el peor escenario, porque tendrías que volver a buscar otra caja de cambios, comprarla y pagar una nueva en el taller, con todos los gastos asociados como el aceite, etc.